Este año tampoco me lo he perdido. Aunque técnicamente estaba más difícil lo he podido disfrutar. Y gracias al Brandy de Jerez, no he tenido que esperar una larga cola (aunque entre l@s jubilad@s y l@s extranjeros la espera siempre se hacía amena).
Como otras veces, la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre ha venido con Fitur para enseñar a los madrileños cómo se mueven los caballos de pura raza española. Ya he perdido la cuenta de todas las veces que los he visto pero no dejan de sorprenderme. En muy buena compañía pude disfrutar de carruseles, piaffes, corvetas y cambios de pie a 3, 2 y 1 trancos. Espectaculares los caballos. Espectacular la profesionalidad y arte de los jinetes.Espectacular la calidad de cada movimiento realizado con una absoluta serenidad.
La pena es que la crisis ha rascado los bolsillos, también los de la REAAE. Éste año no ha habido grada (fundamental para no perderse ni un movimiento de cada caballo). El espectáculo cada vez es más corto y participan menos caballos y jinetes. La hora y cuarto que anunciaban se convirtió en 45 escasos minutos. Pero poder ver el espectáculo merece la pena. Y el año que viene más.